En los domingos anteriores se han recordado diversas
apariciones de Jesús resucitado. A partir de este domingo y hasta la Ascensión
las lecturas del evangelio, tomadas siempre del evangelio de San Juan, se
centrarán en diversos aspectos de la relación entre Jesús y el cristiano: buen
pastor (IV), vid y sarmientos (V), mandamiento nuevo (VI) y oración sacerdotal
(VII).
Celebramos la liturgia en este tiempo tratando de percibir los signos de la
presencia del resucitado en nuestro mundo.
El signo para hoy es la llamada, LA VOCACIÓN. Se trata de descubrir que la
vocación en la Iglesia es un don de Jesucristo, el buen pastor. Que en el
cuidado de los suyos y de congregar a sus hermanos en un solo rebaño, ha tenido
especial interés en incorporar a su misión a hombres y mujeres que le hagan
presente sacramentalmente en el mundo y sean sus manos y su corazón para esta
humanidad sufriente. Todos hemos conocido a nuestro alrededor personas llamadas
y personas que han respondido y siguen respondiendo a esa llamada.
Damos gracias por ellos y encendemos nuestra cuarta vela de Pascua.
Texto del Evangelio (Jn 10,11-18): En aquel tiempo,
Jesús habló así: «Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las
ovejas. Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas,
ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presa en ellas y
las dispersa, porque es asalariado y no le importan nada las ovejas. Yo soy el
buen pastor; y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí, como me conoce el
Padre y yo conozco a mi Padre y doy mi vida por las ovejas.
»También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a ésas las tengo
que conducir y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor. Por
eso me ama el Padre, porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo. Nadie me la
quita; yo la doy voluntariamente. Tengo poder para darla y poder para
recobrarla de nuevo; esa es la orden que he recibido de mi Padre».
Eres
buen pastor
porque
conoces, porque defiendes,
porque
curas y acaricias,
porque
arriesgas la vida.
Eres
un gran pastor,
tu rebaño
es innumerable
Eres
pastor humilde,
Los
rebaños poderosos no son tus preferidos,
prefieres
las ovejas mas débiles e indefensas.
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