Estamos ya a punto de celebrar la venida del Hijo de Dios en medio de
nosotros. Hoy contemplamos a María, su madre, que lo está esperando
gozosamente. En el evangelio la veremos de camino hacia la casa de su prima
Isabel, que también espera un hijo, y allí, en el encuentro de las dos madres,
sentiremos que realmente Dios nos ama y viene a visitarnos.
Dios ha puesto sus
ojos en Belén, la más pequeña de las aldeas de Judá y en María, una
insignificante joven de Nazaret. Así se cumplirán sus planes de salvación. En
Belén y de María nacerá el Salvador.
Señor, que nosotros
nos pongamos en camino, como María, para experimentar la alegría de crecer; que
acudamos a María para aprender a unirnos a Ti, en la entrega amorosa de la
propia vida.
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