De Leonardo da Vinci

La Virgen, el Niño Jesús y Santa Ana

Mayo es el mes de la Virgen y ¿qué mejor manera que celebrarlo con una de sus más representativas imágenes? Leonardo da Vinci 1452-1519 la trasladó al lienzo alrededor del año 1510, y actualmente esta obra maestra del Renacimiento puede ser admirada en el Louvre, después de haber pasado por muchas manos y polémicas restauraciones.
Pero ¿qué la hace tan especial, tan deliciosa? Más allá de su evidente espiritualidad, es una obra de una exquisita técnica pictórica que en muchos sentidos condensa las teorías artísticas del genio florentino. No en vano se puede considerar casi un compendio de su obra, si tenemos en cuenta que lo pintó en la etapa final de su vida.
Leonardo nos presenta a la Virgen que, sentada en las piernas de una Santa Ana no mucho mayor que Ella, coge al Niño Jesús mientras Éste juega con un cordero. La estética naturalista y la composición piramidal del cuadro son herederas de su célebre La Virgen de las Rocas, en el que vemos a un grupo en primer plano con un paisaje agreste, solemne y misterioso de fondo. En él, Leonardo muestra su intenso amor por la naturaleza y las representaciones realistas, además de su famoso sfumato o perspectiva aérea. Con dicha perspectiva, lo que pretendía plasmar el artista era exactamente eso: el aire. Aire que, aunque de manera casi imperceptible, se sitúa entre los objetos y nuestras retinas. Como es lógico, cuanto más espacio existe entre nosotros y los que vemos, más borroso nos resulta, más se nos esfuma, más... sfumato, en definitiva.
¿Sabías qué...
-          El rostro de Santa Ana es (¿casualmente?) muy parecido al de la Gioconda?

-          Sigmund Freud, en su ensayo Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci interpretó que el retrato de dos madres evocaba a su propia infancia dado que tuvo “dos madres”: la biológica y la mujer que se casó con su padre?                                                                                                 
-          Se diría que el Niño Jesús juega con el cordero de una manera un tanto ruda, lo que para algunos estudiosos simbolizaría un vaticinio de su propia Pasión?

-          Para plasmar la perfección en los rostros Leonardo utilizaba, en un ejemplo extremo de sfumato, una técnica de sombreado de los contornos a base de finísimas veladuras traslúcidas de sólo uno o dos micrómetros, sin llegar a superar los cuarenta micrómetros?


-          Existe una polémica sobre quién encargó este cuadro: comúnmente se piensa que fue creado para el retablo de la florentina Basílica de la Annunziata, mientras desde el Louvre aseguran que lo pintó por petición del rey francés Luis XII?


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