El
primer domingo de Cuaresma nos introduce de lleno en este tiempo de conversión
que nos identifica con Jesús y nos conduce hacia la Pascua. Lo hacemos este año
en la Parroquia bajo el signo de la misericordia. “Frente a la indiferencia, misericordia” es el lema que nos va a
acompañar, para recordarnos que la conversión que se espera de nosotros tiene
mucho que ver con el corazón de Dios.
Monición a las lecturas
Aunque
el evangelista Marcos no detalla el contenido de las tentaciones de Jesús, sí
nos dice que experimentó la tentación; por eso lo encontramos lleno del
Espíritu, pero al mismo tiempo sometido a la prueba. Cuando nos sentimos
débiles y tentados, contemplamos a Jesús, tentado como nosotros, para que la
tentación nos purifique y nos ayude a crecer.
Primera
lectura
Lectura del libro del Génesis (9,8-15):
Dios dijo a Noé y a sus hijos: «Yo hago
un pacto con vosotros y con vuestros descendientes, con todos los animales que
os acompañaron: aves, ganado y fieras; con todos los que salieron del arca y
ahora viven en la tierra. Hago un pacto con vosotros: el diluvio no volverá a
destruir la vida, ni habrá otro diluvio que devaste la tierra.»
Y Dios añadió: «Ésta es la señal del pacto que hago con vosotros y con todo lo
que vive con vosotros, para todas las edades: pondré mi arco en el cielo, como
señal de mi pacto con la tierra. Cuando traiga nubes sobre la tierra, aparecerá
en las nubes el arco, y recordaré mi pacto con vosotros y con todos los
animales, y el diluvio no volverá a destruir los vivientes.»
Palabra de Dios
Salmo
Sal 24,4bc-5ab.6-7bc.8-9
R/. Tus sendas, Señor, son
misericordia y lealtad
para los que guardan tu alianza
Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R/.
Recuerda, Señor, que tu ternura
y tu misericordia son eternas.
Acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor. R/.
El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R/.
Segunda
lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro (3,18-22):
Cristo murió por los pecados una vez para siempre: el inocente por los
culpables, para conduciros a Dios. Como era hombre, lo mataron; pero, como
poseía el Espíritu, fue devuelto a la vida. Con este Espíritu, fue a proclamar
su mensaje a los espíritus encarcelados que en un tiempo habían sido rebeldes,
cuando la paciencia de Dios aguardaba en tiempos de Noé, mientras se construía
el arca, en la que unos pocos, ocho personas, se salvaron cruzando las aguas.
Aquello fue un símbolo del bautismo que actualmente os salva: que no consiste
en limpiar una suciedad corporal, sino en impetrar de Dios una conciencia pura,
por la resurrección de Jesucristo, que llegó al cielo, se le sometieron
ángeles, autoridades y poderes, y está a la derecha de Dios.
Palabra de Dios
Evangelio de
hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (1,12-15):
En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto. Se quedó en el
desierto cuarenta días, dejándose tentar por Satanás; vivía entre alimañas, y
los ángeles le servían. Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a
proclamar el Evangelio de Dios.
Decía: «Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y
creed en el Evangelio.»
Palabra del Señor
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