Como cada año D. Juan Güell presidió la Asamblea de los Grupos de Oración
y Amistad y nos propuso unas reflexiones con el tema propuesto
“Orantes en
Misión, Iglesia en Salida”.
D. Juan nos dijo que tenemos que
ser personas orantes y hacer que los que están a nuestro lado también lo sean.
Por ello, debemos entrar en nuestro interior, para aprender a dar.
Nuestra misión se encuentra fuera y hemos de tener y dar:
-paz, amor, cercanía,
disponibilidad…Somos Iglesia en salida.
Mi vida será como sea mi oración.
La oración y la Eucaristía son dos pilares para participar en la
globalización del amor.
Nuestra prioridad es Dios, para ello, tendremos que renovarnos en la vida
de Fe y ser dóciles, aceptando las adversidades de la vida, para crecer en el
amor a Jesucristo.
Caminaremos como los discípulos que siguieron a Jesús; ahora somos
nosotros esos discípulos que hemos sido llamados por Él.
Tenemos la suerte que el don de Dios es más grande que la indiferencia humana.
Contemplemos en la oración los rostros de Cristo que nos rodean, que viven
en los G.O.A., en la parroquia… tenemos que llegar al Cristo total; un Cristo
con Cruz, ya que unos van con la cruz, pero sin Cristo y otros quieren ser
Cristo, pero sin la cruz.
La Palabra de Dios, la Eucaristía y los demás, somos trinidad. Cada
cristiano estamos dentro de la Trinidad, mirémoslo con fe.
Solo en la oración, se aprende de Dios, que es misericordioso y que mira
con misericordia.
La Eucaristía es la centralidad de la vida Cristiana; es intimidad con
Cristo, nos transformamos en Él.
Tenemos Espiritualidad de comunión; debemos preocuparnos e instruir sus
deseos. Ser creíbles, honrados e imaginativos en el campo del servicio y del
amor; Cristo se encarnó para que estuviéramos al servicio del amor. Saldremos
de la angustia de la vida si cultivamos 3 florecillas como decía San Francisco
de Sales: La humildad, la pobreza de corazón y la dulzura.
Los G.O.A. tenemos que mirar adelante y hacia arriba; ser centinelas del
futuro, tenemos que disipar la rutina, debemos ser trampolines hacia las
urgencias en el campo del amor al prójimo.
Don Juan termino sus reflexiones haciéndonos unas preguntas:
¿Crezco en la fe amorosa?
¿Soy Iglesia en salida?
¿Soy…
Y nos invito a dar gracias a Dios por los beneficios que recibimos al ser
orantes.
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