Con el carro de la compra

Nos puede ocurrir que a la vista de ciertos objetos, la imaginación nos lleve a lugares diversos. Es lo que me ocurrió el día 12.
Ese día comenzamos la "oración en común" como cada miércoles a las 9:30, iniciando así el nuevo curso.
Y fue simpático ver en el atrio de la capilla de la oración algunos carros de compra, como si antes de ir a llenarlos para el sustento material de la familia, los orantes, ante el sagrario, pidieran al Señor un  alimento espiritual a través de la oración. Oración que anima, robustece y fortalece. 
También la oración ha de llenar nuestro corazón si queremos que funcione nuestra vida. El cansancio, el ruido, el barullo que lleva consigo el día a día puede ser acallado por el tiempo dedicado a la oración en la paz y el silencio y desde ahí, oír la voz de Dios y saber que Él nos espera, nos tiene que bastar para dirigirnos a Él con sencillez, confianza, sin complicaciones, como quien está con un amigo, porque como dice el P. De Foucacauld "Orar es pensar en Dios amándole".

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