Bienvenidos hermanos a este tercer domingo
de Cuaresma.
Las lecturas de hoy nos recuerdan, en este
mundo tan convulsionado, que debemos fijar nuestra atención en Dios, quien es
la fuente de la vida.
Hoy nosotros, como el pueblo de Israel,
seguimos sedientos de Dios.
Busquemos la Roca que nos salva, entrando
en su presencia, para fortalecernos cada vez más en la gracia recibida en
nuestro bautismo.
Así comenzaba hoy la misa en nuestra parroquia, no se puede celebrar por todo lo que está ocurriendo, pero sí estamos unidos en oración, unas veces escuchandola y viéndola en diferentes medios, a los cristianos no nos parará un contratiempo sino que nos fortalecerá.
En estos medios podeis seguir la Santa Misa:
Oración:
En
este domingo quiero rezarte Señor, y agradecerte que seas como eres.
Damos
gracias a Dios porque una vez que conocemos a Jesús,
como
los samaritanos, ya no podemos olvidarle.
Por
tantas veces que Jesús nos llama para estar cerca de Él,
que
no se avergüenza de nosotros y nos quiere como un gran amigo.
Gracias,
Jesús, por ser el pan de vida y el agua que calma nuestra hambre y sed de Dios.
Porque
nos quieres y buscas cuando nos alejamos de Ti, para que te sigamos y seamos
tus amigos.
Gracias
Jesús, porque eres un amigo tan intimo que has elegido el corazón de cada uno
de nosotros para vivir.
Gracias
Jesús.
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