Retiro en la Inmaculada Concepción

El pasado 20 de marzo tuvimos un retiro en la capilla de la Inmaculada, organizado por varios laicos de nuestra parroquia. Es la segunda ocasión en la que organizamos un acto de estas características en un tiempo litúrgico fuerte. El tema se centró en la caridad y se tuvo en cuenta el mensaje del papa Francisco para esta Cuaresma. Tras una oración y una lectura del Nuevo Testamento, se impartió una breve charla cuaresmal, seguida de un rato de silencio y oración en el que revisamos nuestras actitudes:

  • ¿Qué actitudes personales tengo que cambiar en esta Cuaresma para cumplir en mi vida la voluntad de Dios? Señor, ¿Qué quieres que haga en mi familia y con los más próximos que están a mi lado?
  • ¿Me intereso por los problemas de la gente más cercana a mí, de mi barrio, de personas que lo pasan mal, etc. y de los problemas sociales que hacen menos humana nuestra existencia?
  • ¿Qué actitudes personales y comunitarias tenemos que cambiar en nuestra parroquia para ser más fieles al evangelio en nuestra comunidad? 
    Tras unas peticiones de perdón y una invitación a participar en el sacramento de la reconciliación, terminamos el retiro con esta oración de Teresa de Calcuta:

Señor, cuando tenga hambre, dame a alguien que necesite comida.

Cuando tenga sed, mándame a alguien que necesite una bebida.

Cuando tenga frío, mándame a alguien que necesite calor.

Cuando tenga un disgusto, preséntame a alguien que necesite consuelo.

Cuando mi cruz se haga pesada, haz que comparta la cruz de otro.

Cuando esté pobre, ponme cerca de alguien necesitado.

Cuando me falte tiempo, dame alguien que necesite unos minutos míos.

Cuando sufra una humillación, dame la ocasión de alabar a alguien.

Cuando esté desanimado, mándame a alguien a quien tenga que dar ánimo.

Cuando sienta necesidad de la comprensión de los demás, mándame alguien que necesite la mía.

Cuando sienta necesidad de que me cuiden, mándame alguien a quien tenga que cuidar. Cuando piense en mí mismo, atrae mi atención hacia otra persona.

Hazme digna, Señor, de servir a mis hermanos, que viven y mueren pobres y hambrientos en este mundo de hoy.

Dales a través de mis manos, el pan de cada día, y dales la alegría y la paz, gracias a mi amor comprensivo.


 

0 comentarios:

Calendario Parroquial
Saludo del Párroco