Lo mismo que fue bendecido el fuego, para que fuera, luz nueva que nos ilumina en la noche el Sábado de Pascua, se bendice el agua, que da nueva vida a los que se bautizan con ella.
Santifica este fuego y enciende en todos nosotros, durante estas fiestas pascuales, un deseo tan grande de tu amor, que podamos llegar con un corazón enamorado a las fiestas de la eterna luz.
La iglesia, al verse iluminada por tanta luz estalla en un jubiloso canto de alabanza y de alegría. se nos anuncia las maravillas que Dios ha realizado a lo largo de la historia.
Está es la noche en la que Cristo ha vencido a la muerte.
¡Oh feliz culpa que mereció tan grande, redentor! ¡Que es Cristo su hijo resucitado de la muerte. Amén
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