"CONTEMPLAD AL MUNDO
CON LA MIRADA DE DIOS"
Reunidos para celebrar la solemnidad de la
Santísima Trinidad, confesamos personal y comunitariamente el misterio de Dios
Padre, Hijo y Espíritu Santo, que se nos ha revelado y manifestado.
En este marco litúrgico, tenemos hoy un recuerdo muy especial por quienes en la Iglesia han sido llamados a la vida contemplativa. Los monjes, las monjas y la vida eremítica ofrecen a la comunidad cristiana y al mundo entero, tan necesitado de autenticidad y trascendencia, un anuncio silencioso y a la vez elocuente del amor misericordioso de Dios. El ritmo tantas veces acelerado de nuestra vida diaria, llena de ruidos, reclama espacios y tiempos de serenidad y silencio, oración y contemplación, lugares de comunión y armonía, en los que de un modo oculto y a la vez manifiesto se ofrenda la vida en alabanza continua a la Santa Trinidad y en oración de intercesión por toda la humanidad.
En este marco litúrgico, tenemos hoy un recuerdo muy especial por quienes en la Iglesia han sido llamados a la vida contemplativa. Los monjes, las monjas y la vida eremítica ofrecen a la comunidad cristiana y al mundo entero, tan necesitado de autenticidad y trascendencia, un anuncio silencioso y a la vez elocuente del amor misericordioso de Dios. El ritmo tantas veces acelerado de nuestra vida diaria, llena de ruidos, reclama espacios y tiempos de serenidad y silencio, oración y contemplación, lugares de comunión y armonía, en los que de un modo oculto y a la vez manifiesto se ofrenda la vida en alabanza continua a la Santa Trinidad y en oración de intercesión por toda la humanidad.
Contemplad al mundo con la mirada de Dios, Si el mirar de Dios es amar,
como nos dice un gran contemplativo (san Juan de la Cruz), sabemos
que Dios mira amando y ama mirando con atención las
necesidades de sus hijos. En actitud de agradecimiento, pidamos hoy por
tantos hermanos y hermanas nuestras, especialmente de nuestra propia Familia
Franciscana, que viven, trabajan y oran en los monasterios y conventos.
Pidamos particularmente por nuestras Hermanas Clarisas, Clarisas Capuchinas,
Concepcionistas Franciscanas y Hermanas de la Tercera Orden Regular que tanto
rezan por nosotros, por el mundo y por la Iglesia. Hagamos para con ellas,
también, un gesto fraterno y solidario, con nuestra aportación económica
en el momento de la colecta.
En actitud de agradecimiento, pidamos hoy por tantas hermanas y hermanos nuestros, que viven, trabajan y oran en los monasterios y conventos.
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